Una buena noche de sueño puede sentirse cada vez más como una cosa del pasado a medida que pasan los años.
Es posible que ya no te sientas renovado cuando te levantas por la mañana. La somnolencia diurna y una siesta por la tarde pueden haberse convertido en una parte normal de su rutina.
La idea de que necesitamos dormir menos a medida que envejecemos es realmente solo un mito. Lo que sí sabemos, sin embargo, es que es más difícil entrar y permanecer en un sueño profundo a medida que envejecemos y nuestros ritmos cerebrales no siguen los patrones habituales como los cerebros de los jóvenes cuando duermen.
Incluso en la vejez, siete u ocho horas de sueño de buena calidad son importantes para mantenernos sanos. Si no duerme lo suficiente y se siente cansado cuando se despierta por la mañana, es posible que tenga un problema de sueño.
Los problemas de sueño pueden llevar a:
- Fatiga y somnolencia durante el día
- Cambios de humor como depresión e irritabilidad
- Dificultades con el trabajo y la concentración
- Lesiones
- Mayor riesgo de enfermedad
Los adultos mayores con problemas para dormir utilizan los servicios de atención médica con más frecuencia que las personas mayores que duermen normalmente.
La interrupción del sueño puede tomar muchas formas
Puede tener problemas para dormirse o quedarse dormido, o puede dormir demasiado. Es posible que te duermas antes y te despiertes antes. Puede sentir que necesita dormir la siesta durante el día, pero dormir la siesta puede significar que duerme un poco menos por la noche.
También es posible que experimente trastornos del movimiento o patrones de respiración anormales que le impiden descansar lo suficiente que necesita.
Consulte a su médico si una interrupción del sueño comienza a interferir con su vida diaria.
Los tipos más comunes de problemas de sueño
Los tipos de problemas de sueño que con mayor frecuencia afectan a las personas mayores se clasifican en las siguientes categorías:
- Insomnio (dificultad para dormir lo suficiente o sueño de mala calidad)
- Problemas de respiración como la apnea de sueño
- Problemas del sueño relacionados con el dolor
- Movimientos que afectan el sueño, como el síndrome de piernas inquietas
- Problemas de sueño relacionados con afecciones médicas o psiquiátricas
- Trastornos del sueño relacionados con medicamentos
Insomnio
El insomnio se refiere a no poder dormirse cuando crees que deberías, a mantenerte dormido, o a la sensación de que no has dormido lo suficiente cuando te levantas por la mañana.
Apnea del sueño
En esta condición, puede dejar de respirar varias veces durante un tiempo (generalmente al menos 10 segundos) mientras duerme. La falta de oxígeno enciende un sistema de alarma interno que hace que se despierte parcialmente cada vez que se detiene la respiración. También puede provocar problemas cardíacos y presión arterial alta.
La apnea del sueño ocurre como uno de los siguientes dos tipos o una combinación de ambos:
Apnea obstructiva del sueño (AOS). Este tipo de apnea es causada por un colapso y obstrucción de las vías respiratorias mientras duerme. A menudo las personas con este tipo de problema respiratorio roncan fuerte cuando duermen cuando la vía aérea comienza a cerrarse.
Apnea central del sueño (ACS). Este tipo de apnea puede hacer que su esfuerzo respiratorio se detenga mientras duerme.
Síndrome de piernas inquietas
En el síndrome de piernas inquietas, puedes experimentar sensaciones muy incómodas y anormales en las piernas cuando está acostado o incluso sentado. Cuando te levantas y caminas, sientes alivio, pero la sensación vuelve cuando te acuestas, lo que hace que sea muy difícil conciliar el sueño.
Trastorno de movimiento de extremidades
Las personas con esta condición mueven una o ambas piernas repetitivamente durante el sueño. Las piernas se moverán en un patrón específico en el que los músculos de la pierna, los pies y los dedos de los pies se tensan en un movimiento de patada a cámara lenta. Probablemente no sepa que tiene este trastorno, a menos que se lo cuenten.
Sin embargo, los espasmos repetidos pueden hacer que sus piernas se sientan bastante cansadas cuando se despierte al día siguiente. Estos movimientos interfieren con su capacidad para descansar bien mientras duerme.
Trastornos del sueño relacionados con problemas médicos o psiquiátricos
Muchas personas mayores sufren de condiciones físicas o discapacidades que dificultan encontrar una posición cómoda para dormir. Las condiciones psiquiátricas comunes en las personas mayores, como la depresión y la ansiedad, también interfieren con el sueño.
Causas y síntomas
Las alteraciones del sueño pueden ser causadas por muchas cosas:
- Problemas psicológicos como depresión, ansiedad o estrés
- Hábitos de estilo de vida: asma, consumo de cafeína, siestas y patrones de sueño irregulares, o alcohol
- Condiciones médicas como insuficiencia cardíaca congestiva o agrandamiento de la próstata
- Condiciones dolorosas, como artritis, dolor lumbar crónico o neuropatía
- Trastornos del ciclo sueño-vigilia
- Efectos secundarios de los medicamentos
- Uso crónico de sedantes, que pueden causar patrones de sueño livianos y rotos
- Problemas del sueño como apnea del sueño, síndrome de piernas inquietas
- Trastornos neurológicos como la enfermedad de Alzheimer, demencia, delirio, enfermedad de Parkinson
- Problemas del entorno como ruido nocturno y luces
- Viajes al baño
Factores de riesgo
Existen algunos factores de riesgo específicos comunes a los adultos mayores que pueden contribuir a los problemas del sueño.
Insomnio:
- Edad avanzada
- Genero femenino
- Tener ciertas afecciones o enfermedades médicas o psicológicas
- Duelo reciente
- Aislamiento social
- Ciertos medicamentos
- Falta de aliento
- Enfermedad por reflujo y acidez estomacal
- Dolor crónico
- Tener que ir al baño varias veces durante la noche
- Uso de alcohol o nicotina
- Tener malos hábitos de sueño
Apnea del sueño:
- Obesidad
- Tener un historial familiar de apnea del sueño
- Tener un cuello ancho
- Género masculino
- Roncar fuerte
- Tener amígdalas agrandadas u otros problemas estructurales en las vías respiratorias superiores
- Tener presión arterial alta, insuficiencia cardíaca, problemas del ritmo cardíaco, como fibrilación auricular, o si ha tenido un accidente cerebrovascular
- El uso de alcohol o sedantes para dormir
Sindrome de la pierna inquieta:
- Bajos niveles de hierro
- Lesión o enfermedades de los nervios o nervios de la médula espinal en las piernas
- Diabetes
- Enfermedad de Parkinson
- Ciertos medicamentos
- Retención de sangre en sus piernas (insuficiencia venosa)
Diagnósticos y Pruebas
Haga una cita para ver a un médico si cree que tiene un problema de sueño. Haga arreglos para que su pareja, ya que solo él o ella pueden informarle sobre algunos de sus síntomas.
Su médico revisará su historial médico para detectar enfermedades pasadas o presentes u otras afecciones, posiblemente le dará un cuestionario o le hará preguntas tales como:
- ¿Estás satisfecho con el sueño actual?
- ¿La somnolencia diurna interfiere con sus actividades diurnas?
- ¿Su pareja o familiar menciona que ronca, deja de respirar o mueve las piernas mientras duerme?
- ¿Cuándo te vas a dormir y cuándo te levantas?
- ¿Qué medicamentos y otros remedios toma?
- ¿Fuma o bebe alcohol o bebidas que contienen cafeína?
- ¿Tienes dolor en la noche?
- ¿Tienes que ir al baño por la noche? ¿Con qué frecuencia orinas?
- ¿Ha habido eventos recientes en su vida que le molesten?
Se le realizará un examen físico para controlar la presión arterial, la frecuencia cardíaca, la función pulmonar y la salud en general, y se pueden solicitar exámenes de laboratorio. Si ha reportado dolor, como dolor en las articulaciones debido a la artritis, su médico examinará las áreas afectadas.
Cuidado y tratamiento
Una vez que se hayan identificado y corregido los factores de riesgo subyacentes que provocaron sus problemas de sueño, su insomnio u otros, los problemas para dormir podrían desaparecer por sí solos. Si persisten, hay muchos enfoques de estilo de vida y médicos que puedes seguir para volver a dormir bien.
Terapias no farmacológicas para el insomnio
Los buenos hábitos de sueño y cualquiera de los siguientes enfoques pueden marcar la diferencia para dormir bien, ya sea en el hogar o en centros de atención a largo plazo.
Higiene del sueño
Las mejoras simples en su “higiene del sueño” (hábitos relacionados con el sueño) a menudo son muy efectivas.
Durante el día:
- Cumpla con un horario regular de a qué hora se acuesta y cuándo se levanta, incluso los fines de semana.
- Haga ejercicio todos los días, pero no antes de las tres horas de acostarse.
- Obtenga mucha luz brillante durante el día.
- Evite dormir la siesta.
A la hora de dormir:
- Evite la cafeína, el alcohol y el tabaco, especialmente por la tarde o por la noche.
- Desarrolle una rutina a la hora de dormir que sea igual todas las noches.
- Limite el tiempo en la cama a no más de 7 u 8 horas por noche.
- Si tiene hambre, tome un refrigerio ligero o leche tibia.
- Tome un baño tibio unos 90 minutos antes de meterse en la cama.
- Mantenga la ropa de cama y las temperaturas ambiente cómodas.
- Use técnicas de relajación y control de estrés antes de acostarse.
Terapia cognitiva conductual
Además de una buena higiene del sueño, la terapia conductual puede tener un beneficio inmediato y duradero en el tratamiento del insomnio, especialmente para las personas mayores.
Tratamientos médicos
Una vez que se complete su evaluación y se hayan establecido planes para terapias no farmacológicas, su médico resolverá su problema de sueño tratando de eliminar otros factores de riesgo utilizando enfoques médicos. Éstos incluyen:
- Tratamientos para afecciones dolorosas (como medicamentos para el dolor y fisioterapia).
- Ajuste de la medicación si sus efectos secundarios incluyen insomnio u otros problemas para dormir. Los antidepresivos, los medicamentos para la demencia, los bloqueadores beta y otros medicamentos cardiovasculares son causas comunes.
- Controlar la micción frecuente durante la noche.
- Tratamiento de la depresión o la ansiedad.
- Tratamientos farmacológicos para problemas de sueño.
Medicamentos con receta
Las personas mayores, en particular, deben tener precaución al usar medicamentos para dormir. Estos medicamentos están vinculados a:
- Somnolencia diurna
- Mayor riesgo de caerse y romperse una cadera
- Efectos mentales como confusión y problemas de memoria
Muchas pastillas para dormir crean un hábito. Incluso si se vuelve dependiente de ellos, su efectividad puede desaparecer con el uso a largo plazo.
Se recomienda evitar el uso de estos medicamentos en absoluto. Sin embargo, si usted y su médico deciden que es apropiado usarlos, intente utilizar la dosis efectiva más pequeña y solo durante un período breve.
Si ha intentado terapias no farmacológicas y todavía no puede dormir, su médico puede recomendarle una pastilla para dormir específicamente para su patrón de insomnio. Por ejemplo, si tiene problemas para quedarse dormido, un agente de acción corta puede ser todo lo que necesita. Si quedarse dormido es su mayor desafío, un producto de acción más prolongada puede ser lo mejor.
Evite tomar pastillas para dormir más de cuatro veces en una semana para evitar sentirse mareado durante el día. Recuerde que las pastillas para dormir no curan el insomnio, pero son solo un alivio temporal y tienen riesgos graves asociados con ellas.
No tome alcohol si está tomando pastillas para dormir. Esto puede causar que los efectos secundarios de las píldoras aumenten significativamente.
Las Benzodiazepinas son particularmente problemáticos. En adultos mayores, estos medicamentos pueden aumentar el riesgo de confusión y pensamientos desordenados, caídas, huesos rotos y accidentes automovilísticos.
La mejor solución para los problemas del sueño generalmente proviene de los cambios en la dieta, las conductas nocturnas y las estrategias cognitivas para promover un sueño. Pídale ayuda a su médico para manejar sus problemas de sueño.
Antes de recomendar cualquier tratamiento farmacológico, su médico debe considerar los beneficios y riesgos de un medicamento.